Revista Contrapoder.
Alfonso Portillo ha aprovechado estos años de “receso involuntario” –como le llama a su tiempo en prisión– para leer. De esa cuenta tiene ya una extensa lista de libros que a su criterio deberían ir leyendo ya Sandra Torres, Manuel Baldizón, Alejandro Sinibaldi y todo aquel que pretenda dirigir nuestro país. El expresidente comparte con Contrapoder su lista de lecturas, las imprescindibles para todo político.
Luis Soto/Contrapoder
En 1994, mi amigo Rodrigo Carrillo me obsequió "Memorias de Adriano" de Marguerite Yourcenar traducida al español por Julio Cortázar. La escritora frances, empezó a escribir esta monumental e indispensable obra cuando tenía 25 años de edad y dedicó otros 25 en hacer estudios e investigaciones sobre el emperador romano hasta que decidió publicarla en 1951.
El año de 1994 fue intenso y productivo para mí: era director del instituto de formación política de la Democracia Cristiana Guatemalteca (DCG), representante del Congreso de la República ante la Junta Monetaria, miembro del consejo editorial del suplemento económico Pulso del diario guatemalteco Siglo Veintiuno, profesor de economía en el Instituto Nacional de Administración Publica (INAP) y candidato a diputado. Todo al mismo tiempo. Como somos buenos para encontrar excusas, diré que era casi imposible leer con dedicación la obra de Yourcenar. En ese entonces apenas tuve tiempo para hojearla.
Hoy en este "receso involuntario" he tenido el privilegio de tener conmigo (de nuevo) otro ejemplar de las “Memorias de Adriano”. Esta vez sí la he leído y estudiado detenidamente.
Cuando uno revisa la hoja de vida de algún político francés es casi seguro que encontrará que la mayoría ha cursado estudios en la Escuela Nacional de Administración Pública o ha realizado altos estudios sobre la cosa pública. Podríamos decir: Francia es Francia y los franceses son los franceses.
Por el contrario, cuando hacemos la misma revisión en Guatemala, encontramos que los llamados partidos políticos y sus integrantes, ya ni siquiera tienen en agenda la formación política como requisito indispensable. Lo digo con mucho pesar y preocupación.
Cuando estuve en prisión en el Mariscal Zavala recuerdo haber enviado a algunos políticos la película "Gigante de la Pradera" basada en la vida del pastor Tommy Douglas, primer ministro en varias ocasiones, y a quien muy orgullosamente recuerdan los canadienses por, entre otras cosas, haber universalizado el sistema de salud publica. Se la envié al actual Presidente de la República y a la Vicepresidenta, así como a Mario Estrada y Roberto Alejos, entre otros. Ignoro si la recibieron y si quisieron verla. Cuando Estrada me visitaba, recuerdo haberle preguntado con cierta insistencia si había visto la película. Su respuesta siempre era la misma: "No he tenido tiempo".
A los políticos siempre nos falta tiempo para lo verdaderamente importante, y esto es lamentable porque el activismo partidario del día a día no nos permite leer ni ver buen cine. Lo que significa que no invertimos tiempo en pensar ni en cultivarnos, y eso está mal.
Luis Soto/Contrapoder
Cuando decidí dejar la cátedra para dedicarme a la política, lo que más resentí fue descuidar mi hábito de la lectura. Aunque nunca dejé de leer, la cantidad y calidad disminuyó considerablemente.
Como profesor tuve la oportunidad de trabajar con muchos de los autores que enlisto, pero ahora en estos "años sabáticos" he tenido el privilegio y gusto de leerlos y releerlos con suficiente disposición. Recientemente, leí que la cárcel es dura (es así), pero "existe un remedio seguro para no angustiarse" dentro de su encierro: la lectura. Como dirían en Zacapa, es muy probable que muchos de nuestros políticos, para que entiendan la importancia de leer, necesiten una ‘encarcelada’, como la que me han propinado a mí, ignorando el bien que me ha hecho en mi formación personal, la reafirmación de mis convicciones y, sobre todo, en mi fortalecimiento espiritual.
Sé que ahora tampoco tendrán "mucho tiempo", pero pensando en las próximas generaciones me permito compartirles una lista de las obras básicas e imprescindibles, para todo aquel que aspire a conducir los destinos de nuestro país.
Sin duda hay muchísimos otros libros imprescindibles, que tanto ustedes como yo hemos leído, y podríamos incluir en esta lista. Por ahora, nada me gustaría más que encontraran en algunos de ellos a "importantes aliados", como tan apropiadamente ha escrito Robert Greene en Maestría: "Los libros pueden ser tus mentores temporales… De ser así, convierte esos libros y autores en mentores vivos. Personaliza su voz, interactúa con el material, toma apuntes o escribe en los márgenes. Analiza el texto e intenta que cobre vida; captar el espíritu, no sólo la letra … Pregúntate: ¿qué haría dicha persona en esta o aquella situación?"
Estoy convencido de que estas y otras lecturas les aportarán gran claridad, desapego, cultura, conocimiento, prudencia, compasión, humildad, certeza, firmeza y capacidad de decisión. Cualidades todas de un verdadero hombre de Estado. En todo caso, les otorgarán lo que el rey Salomón pidió a Dios: un corazón inteligente.
Nos vemos pronto. Felices fiestas de fin de año.
Colorado, diciembre de 2014.
Luis Soto/Contrapoder
Lecturas recomendadas
Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar
Felicidad de Yu Dan (un inteligente ensayo sobre el pensamiento de Confucio)
Mirabeau o el político de José Ortega y Gasset
Vieja y nueva política de José Ortega y Gasset
Política de Aristóteles
Sobre la brevedad de la vida de Séneca
Máximas de Epicteto
Reflexiones de Marco Aurelio
Los doce Césares de Suetonio
Sobre la amistad de Marco Tulio Cicerón
Noches Áticas de Aulo Gelio
Saladino, el unificador del Islam de Genevieve Chauvel
Discursos sobre la primera década de Tito Livio de Nicolás Maquiavelo
Historia de Florencia de Nicolás Maquiavelo
El Príncipe de Nicolás Maquiavelo
Discursos en la Asamblea Nacional Francesa de Mirabeau
La consolación de la filosofía de Severino Boecio
Utopía de Tomás Moro
Julio César de Philip Freeman
Ensayo sobre el gobierno civil de John Locke
La democracia en América de Alexis de Tocqueville
Del espíritu de la leyes de Montesquieu
En defensa de la política de Bernard Crick
Elogio del Silencio de Anselm Grün
Hobbes y Rousseau. Entre la autocracia y la democracia de José Fernández de Santillán
Juliano el Apóstata de Gore Vidal. El autor recrea la vida de Juliano y su resistencia contra el cristianismo, a la vez que da apuntes sobre el inicio del declive del mundo helénico.
Vidas paralelas de Plutarco. Esta es una colección de 46 biografías de grandes personajes Romanos y Griegos. El autor las presenta en paralelo para comparar un romano con un griego, así aparece la vida de Alejandro junto a la de Julio César, por ejemplo.
Oración fúnebre de Pericles. El discurso de Pericles sobre la guerra entre Atenas y Esparta, un documento histórico que revela las ideas de Pericles sobre la democracia ateniense.
Persona y democracia de María Zambrano. Una autora fundamental: la filosofa española María Zambrano, ganadora del premio Príncipe de Asturias, reflexiona sobre la historia y la evolución de la democracia.
El arte de la prudencia de Baltasar Gracián. Trescientos aforismos para aprender a usar el arte de la prudencia, el camino de la sabiduría. Gracián comenta cada uno y al final el libro es una lección de vida para políticos o ciudadanos.
Discurso de la servidumbre voluntaria de Étienne de La Boétie. Su autor escribió este libro cuanto tenía solo 18 años y resultó un magnifico ensayo sobre el poder y la sumisión. Las formas en las que los gobernantes legitiman su autoridad.
Historia universal de la infamia de Jorge Luis Borges. Una colección de cuentos cortos que Borges publicó primero en un periódico y después como un libro. Se trata de historias basadas en casos reales como el criminal Billy The kid o Monk Eastman líder de las pandillas de Nueva York.
Por un progreso incluyente de Carlos Fuentes. El desarrollo, la desigualdad, la transición democrática, la globalización, todos esos aspectos analiza el escritor, tomando a México como ejemplo.
El ogro filantrópico de Octavio Paz. Análisis del premio Nobel de literatura sobre gobernantes y gobernados y también sobre los entramados de clases sociales en los que se desarrolla el mundo político.
Fouché de Stephan Sweig. El gran autor austriaco escribe la biografía de un importante político francés Joseph Fouché, con la Revolución Francesa y el Imperio Napoleónico como telón de fondo. Se trata del fundador del Ministerio de Policía de Francia.
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