Pablo Rangel
Recuerdo que en el mes de octubre del 2014, una mañana que mi hijo
se quedó en casa fuimos a un restaurante de comida rápida donde hay
“área de juegos”. Me senté en una mesa frente a las escaleras
de un laberinto plástico donde los niños se suben y culminan
lanzándose en un pequeño resbaladero que los retorna de vuelta a la
entrada. Mientras observaba como los niños se subían y pasaban
dando vueltas a un timón que está frente a una ventana en forma de
burbuja, empecé a escuchar una conversación política de lo más
extraña.
Escuchar conversaciones políticas en las áreas de niños ya no me
sorprende, de hecho, nos hemos reunido con amigos y conocidos a
hablar de estas cuestiones en medio del griterío y la música
estridente y subliminizada de los restaurantes. Esta
área es tan secreta que no da lugar a pensar que se están fraguando
los peores negocios y estrategias más viles y rastreras de la
política nacional.
La conversación era la de un hombre con dos mujeres. Todo el tiempo
les dí la espalda, y no hice el intento de voltear a ver, pensé que
se cohibirían así que fingí estar concentrado en mi teléfono.
-Les voy a ser honesto, tenemos la mejor propuesta política en el
país, y vamos a ganar, estamos ahora reuniendo a la gente que nos va
a apoyar. Ustedes que son cristianas saben de lo que les estoy
hablando, de una persona honesta, creyente y además temerosa de
Jehová, el licenciado Jimmy Morales.
--Ah sí, si, lo conocemos, de la televisión, del programa de los
domingos.
----Tan bonito ese programa, mi familia se ríe porque es sano, es
bien gracioso.
-Así es, el arte es uno de sus pensamientos, pero es una persona con
mucho estudio, es un intelectual, ojalá ustedes puedan ir a una de
las reuniones que hay con él y su hermano, ambos bendecidos con
mucha inteligencia.
--Excelente.
---Pero mire yo participé hace años en una campaña para alcalde de
Villa Nueva, pero viera que solo problemas gane ahí.
-Ah, es que con Jimmy la cosa es diferente, ahí no hay de esas cosas
de robo ni chismes, no, ahí las cosas son más limpias. Pero bueno,
entrando en materia, lo que quiero decirles es que nuestro candidato
y la gente que lo apoya es buenísima, proba, nunca ha participado en
política, es gente honrada como ustedes. Y lo que quiero pedirles
en nombre del licenciado es que ustedes como directoras de colegios
¿tienen colegios verdad?
--Sí, bueno, el colegio es de mi mamá, pero yo soy la directora de
bachillerato, hay como unos 100 jóvenes entre 4to y 5to.
---Yo tengo guardería y jardín infantil, pero tengo como 15
maestras de pre primaria conmigo, otras llegan a hacer prácticas,
puedo hablar con las directoras de sus colegios.
-¡Qué bendición! A ustedes Jehová padre me las puso enfrente.
--¿Por qué?
-Es que nuestra campaña tiene muy poco dinero, porque como ustedes
saben, siempre el camino más angosto es el del Padre. Y necesitaría
que ustedes convenzan a sus alumnos, maestras y directoras de la
candidatura de Jimmy. El licenciado va a darle mucha fuerza a la
educación y va a favorecer el arte. Y lo mejor verdad, va a apoyar
porque la educación no solo sea del mundo sino también para que los
valores cristianos se fortalezcan y salgamos de esta crisis de
valores que estamos ahora como país. Pero bueno, les dejo estos
folders con información de lo que estamos pensando hacer y de qué
colegios e iglesias ya nos están dando su apoyo, porque estamos
seguros que el hermano licenciado Jimmy Morales será el próximo
presidente de Guatemala.
--Gracias, ¿cuándo nos podemos comunicar con usted?
-Yo las llamo el miércoles, solo anoten acá sus números de
teléfono.
—Y ¿usted qué es de Jimmy?
-Yo soy colaborador de él, es una gran persona, bueno, yo tengo un
colegio de estudios por madurez los fines de semana, trabaje muchos
años en el América Latina y en el Hall, y ahora pues se han
derramado bendiciones sobre mí y mi familia.
--¿Y ese carro que carga lo vende?
-Sí, lo ando vendiendo, ¿le interesa?
--Solo por ver.
-Vamos pues se lo voy a enseñar.
Se pararon y salieron. Desde las ventanas pude ver quienes eran. El
hombre tenía una camisa blanca de manga larga, unos lentes
rectangulares, con esos vidrios que se oscurecen con el sol, con el
pelo bastante corto, pantalón de paletones, mocasinas brillantes, de
complexión delgada y de estatura lo más 1 metro 60. Las señoras
ambas se veían mas o menos de 50 o 55 años, con las raíces del
pelo grises y el resto castaño. Con unas carteras grandes y
vestidas de colores fluorescentes, a una se le zafaba el zapato, que
era como un flip flop de tacón, con imitaciones de piedras
preciosas de plástico en las orillas. Dio un mal paso y parecía
que iba a caer, pero se detuvo del cuello al señor. El hombre del
susto hasta botó una agenda o biblia que llevaba bajo el brazo. El
libro rebotó en el suelo, pero como tenía zipper no se le salió
nada. La otra mujer quiso recogerlo pero no pudo doblar las
rodillas, así que un policía que veía la escena se acercó a
darle el paquete. El señor se volteó para recibir su adenda o
biblia, pero lo hizo con la señora prendida de su cuello y él
abrazándola de la cintura. Y así, continuaron caminando hasta
llegar al carro. Se subieron y se fueron. El carro era un pick up
toyota Hilux doble cabina, modelo 98, pintado de un color gris mate,
parecido al verde mate que usan los vehículos militares, las placas
empezaban con una O.
No pude resistir y escribí en el Facebook que había visto a unas
personas diciendo que Jimmy Morales sería presidente. En 10 minutos
recibí al menos 10 comentarios de amigos que se rieron diciendo que
era lo más gracioso que habían escuchado, yo también lo pensé
así.
Y ¿Qué pasó? Hoy 24 de octubre de 2015, a un día de la segunda
vuelta electoral, en la que Jimmy Morales competirá contra Sandra
Torres por la presidencia del país, recuerdo esta conversación.
Quizá era una advertencia o era una luz para comprender algo que nos
hemos negado a ver. Quizá la realidad nos está explicando por las
malas, que la racionalidad no se transmite por telepatía, se aprende
en la relación humana, asimismo, que el sistema educativo,
despreciado en buena medida, hasta hoy sigue siendo el único capaz
de ayudarnos a construir ciudadanía. Por ahí habría que empezar.